Este artículo fue escrito por Monte Whaley y traducido al español por Journey Language Center. To read in English click here.
Hugo Juárez, de Longmont, recuerda el fuerte ímpetu de su madre mientras guiaba a sus cuatro hijos desde la Ciudad de México a los Estados Unidos en el año 2000. Los abrazó mientras la familia se abría paso lentamente hacia un futuro más prometedor.
"Era como muchos otros inmigrantes, solo quería hacer una vida mejor para sus hijos", dijo Juárez el jueves. “Ella solo quería lo mejor para nosotros. Ella quería que trabajásemos duro y que nos fuera bien”.
Los hijos se mudaron a Longmont en el año 2010 como su madre lo quiso. Hugo estudió en el Front Range Community College y actualmente trabaja en el Centro Comunitario Sister Carmen en Lafayette, que brinda asistencia a familias necesitadas.
Juárez también es miembro de un programa de acción diferida para aquellos que llegaron durante su infancia o DACA por sus siglas en inglés (Deferred Action for Childhood Arrival), que protege a los jóvenes inmigrantes con ciertos grados de calificación de la deportación. Juárez, otros beneficiarios de DACA y sus partidarios aplaudieron la decisión del jueves de la Corte Suprema de EE. UU. de bloquear el intento de la administración Trump de poner fin al programa DACA.
"Esto se ha retrasado mucho", dijo Donna Lovato, directora ejecutiva de El Comite, un grupo de defensa, de larga data, de la comunidad Latina en Longmont. "Lo que ellos (la administración Trump) estaban haciendo simplemente no tenía ningún sentido".
La decisión 5-4 protege a los niños traídos, a los Estados Unidos como niños. Los 650,000 beneficiarios de DACA también son conocidos como "soñadores".
Lovato declara que la mayoría de los "soñadores" tienen poco o ningún vínculo con sus antiguos hogares y entorno al sur de la frontera de Estados Unidos.
"La mayoría no tiene familia allí, la mayoría no recuerda a sus amigos allí", declaró Lovato.
Todos, anuncia Lovato, aceptaron e integraron a sus vidas la libertad y las oportunidades en los Estados Unidos. "Para la mayoría, este es su hogar ahora", dijo. "¿Por qué enviarlos de vuelta?"
Juárez ha declarado que él y sus hermanos han prosperado en Longmont desde que se mudaron aquí desde Phoenix en el 2010. Han participado en actividades comunitarias, así como en el comercio local. Su hermano mayor es dueño de una empresa constructora.
"En lugar de escapar de nuestras responsabilidades, decidimos hacer algo sobre lo que está sucediendo ahora", dijo Juárez.
Los peligros que enfrentan los inmigrantes, incluidos los "soñadores", están lejos de terminar, dicen los activistas. Ese peligro involucre al hermano mayor de Hugo, Alejandro, que no está bajo la protección de DACA. "Me preocupo por él", dijo Hugo. "No sabemos cuál es su futuro".
El director de comunicaciones de Colorado Immigrant Rights Coalition y beneficiario de DACA, Cristian Solano-Córdova, en un comunicado de prensa declaró: "La victoria de hoy refleja el resultado del arduo trabajo de las comunidades directamente afectadas para abogar por ellos mismos y exigir un cambio. Hoy, la Corte Suprema se puso del lado del pueblo estadounidense y de la mayoría de los habitantes de Colorado que apoyan de manera masiva el programa DACA y creen que los beneficiarios de DACA deberían tener una forma de obtener la ciudadanía estadounidense, y a la vez rechazaron la agenda divisiva y discriminatoria del presidente Trump. Esta decisión protegerá las vidas y los medios de subsistencia de 14,500 beneficiarios de DACA en Colorado y a 28,000 de sus familiares de la crueldad del presidente, al menos por ahora ".
“Significa que por el momento el programa DACA puede continuar. Los jueces consideraron si la administración Trump siguió los procedimientos adecuados al tratar de finalizar el programa y concluyeron que no lo hicieron ".
El presidente Trump podría emitir una orden ejecutiva para abolir DACA o utilizar otras medidas para finalizar el programa, dijo Sonia Márquez, mentora en la comunidad Northern Colorado Immigrants United.
"Estamos haciendo una pequeña pausa ahora para celebrar", dijo Márquez. "Pero no podemos descansar. Tenemos que avanzar y seguir luchando ".
Laura Soto, gerente de operaciones de la Fundación de Filantropía con sede en Longmont, dijo que todos los inmigrantes enfrentan una incertidumbre. La familia de Soto la sostuvo sobre sus hombros mientras cruzaban el Río Grande en 1982. Tenía solo 6 meses.
Soto ahora tiene un hijo de 20 años y una hija de 14 años.
"Ahora tengo que cuidarlos también", dijo Soto. “Me pueden quitar mi medio de vida, mi hogar, mi familia en cualquier momento. Tenemos que seguir luchando. Seguir trabajando."