Acerca de esta serie
El jueves se cumple un año desde que el gobernador Jared Polis emitió la orden de quedarse en casa en todo el estado cuando los casos de COVID en Colorado superaron los 1,000. Empezando el día de hoy, el Leader estará explorando los impactos de la pandemia y los ajustes que esta ha provocado en organizaciones, incluyendo el gobierno de la ciudad, el cuidado de la salud, las agencias del orden público, las organizaciones sin fines de lucro y las escuelas.
Miércoles: Los recortes al presupuesto, a los programas para el público debido a COVID no demolieron la ciudad
Hoy: A medida que COVID afectó a la comunidad, las organizaciones sin fines de lucro de Longmont se unieron para llegar a quienes más lo necesitaban | (English)
Sábado: Delitos menores y procedimientos cambiantes: la pandemia ha impactado la aplicación de la ley, el sistema de justicia penal
Domingo: La escuela durante la pandemia: lo bueno, lo malo, lo feo y lo que depara el futuro
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Esta semana se cumple un año desde que el gobernador Jared Polis dio la orden de quedarse en casa en todo el estado debido a la pandemia del coronavirus, trayendo así uno de los muchos golpes que han sufrido las comunidades empresariales y sin fines de lucro.
Unemployment rates in Colorado jumped from record lows in February to record highs in April. The shift caused some who had never needed assistance before to for the first time seek help from local nonprofits. The sudden demand for basic necessities such as food and housing and utility bill assistance created an unexpected burden on nonprofits.
Las tasas de desempleo en Colorado fueron de un mínimo histórico en febrero a un máximo histórico en abril. El cambio hizo que algunos que nunca habían necesitado ayuda antes buscaran por primera vez la ayuda de organizaciones comunitarias locales. El aumento repentino de la necesidad de artículos básicos como alimentos, vivienda y asistencia con los pagos de servicios públicos creó una carga inesperada para las organizaciones sin fines de lucro.
Un año después, este incremento en la demanda continua, sin embargo, la comunidad se ha unido para apoyar a quienes más necesitan ayuda.
Necesidades y desafíos
Community Food Share, una organización que ha dado servicio a la comunidad por 40 años, vio "una nueva manera de traer alivio al hambre diferente a todo lo que habíamos visto antes" como resultado de la pandemia, dijo la organización sin fines de lucro en el boletín de marzo.
Community Food Share se fundó en 1981 con la misión de crear una "comunidad sin hambre". Este banco de alimentos distribuye alimentos a más de 40 organizaciones sin fines de lucro en los condados de Boulder y Broomfield con objetivos similares.
Durante la pandemia, “la inseguridad alimentaria local aumentó aproximadamente un 35%; el hambre entre los niños de nuestra comunidad aumentó un alarmante 64% ”, afirma la organización sin fines de lucro en su sitio web. Como respuesta a esta necesidad, el banco de alimentos repartió más de 1 millón de libras de alimentos, con un promedio de 30,000 comidas al día o 900,000 comidas al mes, desde el comienzo de la pandemia, según el boletín de marzo.
En Longmont, la organización OUR Center distribuyó más de 1.1 millones de libras de alimentos en el 2020, comparado con 99,403 libras en el 2019, según el reporte de fin de año de esta organización.
En los primeros días de la pandemia, era difícil encontrar comida, dijo Julia McGee, directora de comunicaciones de Community Food Share. Alrededor del 90% de la comida que recibe el banco es donada por los supermercados. Cuando estas tiendas estaban vacías, no les sobraba mucho para donar, ella dijo.
En medida que aumentaba la inseguridad alimentaria, la organización buscó comprar alimentos pero tuvo problemas con el suministro; la entrega, con retrasos que tardaban entre cuatro y seis veces más tiempo; y con el precio, que aumentó alrededor de un 25% para algunos de los artículos más necesarios, dijo McGee.
Así como la demanda de alimentos aumentó, también aumentó la demanda financiera a medida que las tasas de desempleo comenzaron a subir. En abril, las tasas de desempleo en Colorado alcanzaron un récord del 12.1%, según la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU.
OUR Center, una organización sin fines de lucro en Longmont dedicada a ayudar a las personas a lograr la autosuficiencia, continuó atendiendo las necesidades básicas de la comunidad, pero redujo la variedad de sus servicios para enfocarse en la distribución de alimentos y asistencia financiera en forma de vales de alquiler y para el pago de servicios públicos.
“Al comienzo de esta pandemia, no teníamos idea qué esperar. Al igual que la comunidad, no sabíamos qué significaba esto, no sabíamos cuánto tiempo iba a durar, no sabíamos qué papel iba a desempeñar OUR Center ”, dijo el director ejecutivo Marc Cowell.
En ese momento, todos pensaban que tomaría entre dos semanas o un mes aplanar la curva, dijo Cowell. En cuestión de semanas, las tasas de desempleo subieron, los niños iban a la escuela desde casa y "fue entonces cuando realmente comenzamos a entender lo que realmente iba a ser esta pandemia", él dijo.
La demanda de alimentos y la asistencia financiera comenzó casi de inmediato, dijo Cowell.
"Traté de estar un paso adelante todo el camino, pero un par de meses después dije 'Ya no puedo tratar predecir lo que va a suceder', simplemente no se puede", dijo. "Las cosas siguieron cambiando rápidamente, así que nos concentramos en lo que sabíamos que la comunidad necesitaba y en hacer todo lo posible para satisfacer esas necesidades".
La pandemia le trajo a OUR Center clientes que nunca habían necesitado buscar ayuda antes. Una de cada cuatro personas que utilizaron el programa de asistencia alimentaria y financiera durante la pandemia era nueva en el programa, dijo Cowell.
"Esa es una cantidad bastante grande de... personas que nunca antes habían estado en esta situación", él dijo.
Algunas personas están a solo una crisis de caer al precipicio, dijo Elaine Klotz, directora de desarrollo de OUR Center.
Durante este último año, OUR Center vio un aumento del 386% en el apoyo financiero que se dio en forma de vales de alquiler y en los servicios públicos que otorgó, que sumaron $1.1 millones de dólares.
En el 2019, OUR Center ofreció 349 vales para pagos de servicios públicos y 349 vales para pago del alquiler, estos números se duplicaron en el 2020, cuando otorgó 896 vales para pagos de servicios públicos y 863 vales para el alquiler, según el reporte de fin de año.
In January and February, the demand continued with the OUR Center giving out 132 rent assistance vouchers and 123 utility vouchers, amounting to $167,282 and $47,195, respectively.
En enero y febrero, la demanda continuó, con el OUR Center entregando 132 vales de asistencia para el alquiler y 123 vales para el pago de servicios públicos, igualando montos de $167,282 y $47,195, respectivamente.
La pandemia también tuvo un gran impacto en las personas sin hogar, particularmente cuando los edificios públicos y las organizaciones sin fines de lucro cerraron en respuesta a las órdenes de salud pública. La organización para personas sin hogar en Longmont, o HOPE por sus siglas en inglés, abrió sus puertas para llenar los huecos, dijo la Directora de Desarrollo de HOPE, Kimberly Braun.
“Para nosotros, el impacto de COVID emocionalmente fue enorme. Nos convertimos en esta gran red de seguridad en la que la gente podía caer y nosotros podíamos ayudarla ”, ella dijo.
Tanto así que la organización tuvo que contratar a un miembro del personal solo para abrir la puerta para que la gente recogiera almuerzos no perecederos, ropa e incluso sacos de dormir, dijo Braun.
Debido a la pandemia, HOPE creció y ofreció nuevos servicios, como un refugio de día y SafeLot, un programa que permite a las personas que viven en sus automóviles estacionarse en un lugar seguro. La ampliación de servicios permitieron a HOPE atender a “miles de personas”, dijo Braun.
Aunque los servicios se expandieron para poder ayudar a más personas, la orden de quedarse en casa y las restricciones de capacidad para negocios y organizaciones de todo tipo hicieron que varias personas inscritas en los servicios de navegación de HOPE perdieran sus trabajos.
Los servicios de navegación ayudan a las personas a establecer metas de empleo y vivienda, dijo Alice Sueltenfuss, coordinadora de navegación de HOPE.
De los 28 clientes inscritos en el programa de servicios de navegación de HOPE, todos menos dos tenían trabajos antes de la pandemia. Después de la orden de quedarse en casa, solo cinco mantuvieron su empleo. Para junio, nueve de esas personas habían encontrado un nuevo trabajo, pero la moral aún estaba baja, dijo Sueltenfuss.
La depresión comenzó "porque la gente finalmente estaba ahorrando dinero, teníamos metas establecidas en cuanto a la vivienda y ahora esas metas se pospusieron y no había mucho que hacer durante el día", dijo Sueltenfuss.
Servicios pausados, desplazados
Las personas sin apoyo o recursos dependen de los servicios públicos y la pandemia hizo que todas las organizaciones reevaluaran qué servicios podrían proporcionar en función de las pautas y restricciones causas por el COVID-19, dijo Braun.
Esto significó implementar servicios de entrega, organizar eventos de distribución en el exterior, instalar carpas e incluso cancelar o suspender servicios.
Para satisfacer la creciente necesidad alimentarias de la comunidad, Community Food Share comenzó a buscar nuevas maneras de llevar alimentos a las personas. La organización se asoció con el Proyecto de Alimentos Escolares del Distrito Escolar del Valle de Boulder para ayudar a las familias con "alimentos para varias comidas y productos frescos para las familias", según el sitio web.
El banco de comida también se asoció con Via Mobility — una organización sin fines de lucro que brinda opciones de transporte y movilidad — para entregar alimentos a las personas que de repente se quedaron sin hogar debido a la pandemia. Antes de la pandemia, la entrega había sido solamente una pequeña parte de los servicios para adultos mayores de Community Food Share.
Antes de la pandemia, OUR Center brindaba más servicios a la comunidad, sin embargo, muchos tuvieron que ser cancelados o suspendidos. Esos programas incluían clases para padres y de finanzas, y acceso al laboratorio de computación y al closet comunitario, donde las personas podían recibir prendas de vestir necesarias.
“Tomamos una amplia variedad de servicios y los reducimos a los más básicos”, dijo Cowell.
La suspensión de los programas permitió que OUR Center se concentrara en los programas de asistencia alimentaria y financiera que consideraba los más necesarios para la comunidad, dijo Cowell. Ya que no se permitía el ingreso del público, el personal convirtió el edificio en un lugar para almacenar alimentos donados e implementó el acceso directo o en automóvil.
OUR Center también se reúne con los clientes para proporcionarles recursos de forma individual. Esas citas tenían tuvieron que cambiar y hacerse por teléfono o videoconferencias, dijo Cowell.
A medida que el año avanzó, el equipo se volvió creativo y encontró formas de ofrecer algunos de los servicios que se cancelaron por la pandemia, como ofrecer distribución de ropa de invierno fuera del edificio.
Aunque OUR Center no tiene claro todavía cómo el cierre de algunos servicios ha impactado a la comunidad, Cowell dijo que las personas a las que esta organización da servicios son extremadamente ingeniosas.
"Una de las desventajas de esto (la pandemia) es que no hemos podido acercarnos y hacer un seguimiento a las familias para saber cómo han sido impactados", dijo Cowell.
Él dijo que espera que a medida de que los servicios regresen, las familias vuelvan una vez más.
Más allá de la falta de servicios, el Director de Desarrollo Klotz dijo que la mayor desventaja ha sido la falta de socialización que los clientes alguna vez llegaron a encontrar en OUR Center.
"Si uno se reúne con otros en una clase, si están tomando una clase de apoyo para padres juntos, están construyendo una comunidad, no están solamente aprendiendo, están también construyendo una comunidad dentro de esa clase. Están construyendo un medio de apoyo ”, ella dijo, añadiendo que vivir una situación estresante sin tener ese sentido de comunidad y apoyo afecta todavía más a las personas.
“Creo que eso será lo nuestros participantes más aprecien, cuando podamos empezar a vernos cara a cara una vez más”, dijo Klotz.
HOPE ha agregado más servicios a su lista durante el año, incluyendo tres programas de SafeLot y refugios de día en Longmont. Debido a la falta de fondos, el refugio de día se ha reducido solo a los sábados, dijo Sueltenfuss.
El número de voluntarios cae
Cada una de estas organizaciones depende de voluntarios para ayudarles a servir a la comunidad, y cada una dijo haber notado una disminución dramática en el voluntariado cuando la pandemia llegó. Muchos voluntarios en el área caen son mayores de 65 y la pandemia los mantuvo en casa.
La repentina disminución de voluntarios ha durado más tiempo para HOPE, sin embargo, todas las organizaciones informan que los voluntarios han hecho esfuerzos para apoyar el trabajo que están haciendo.
Aunque el espíritu de voluntariado en HOPE no fue el mismo que para OUR Center o Community Food Share, se siguen sintiendo bendecidos, dijo Sueltenfuss.
Ha sido difícil encontrar voluntarios que quieran trabajar en persona para HOPE, sin embargo, la comunidad ayudó donando ropa y comida.
“Se sintió como si la comunidad en general estaba ayudando”, dijo Sueltenfuss. “Los voluntarios han dicho que regresarán ... cuando la vacuna esté disponible y las cosas puedan abrirse de manera segura”, ella dijo.
Community Food Share también vio una disminución inmediata en el número de voluntarios, los cuales representan el 40% de su fuerza laboral. La organización se vio obligada a simplificar su operación cambiando la forma en la que clasificaba los alimentos y redujo el número de turnos para los voluntarios y a la vez el número de voluntarios, dijo McGee.
“Había mucho interés, pero no podíamos decirle que sí a todo mundo. … La comunidad estaba ofreciendo ayuda, teníamos a cientos de personas en nuestra lista de espera que querían ayudar”, ella dijo.
Cowell, de OUR Center, dijo: “Ayudar a la comunidad de la forma en que lo hemos hecho hasta ahora no habría sucedido sin el apoyo de la comunidad. Creo que todos realmente reconocieron lo mucho que la comunidad se estaba viendo afectada y que estaba sufriendo y sigue sufriendo. Las personas de buenos recursos querían ayudar y nos buscaban para hacerlo, lo que me da un gran sentimiento de orgullo... que confiaron en nosotros ”.
Más allá de la pandemia
Aunque las vacunas se están llegando a la comunidad y se espera que la economía se reactive, algunas personas pueden tardar años en recuperarse, dijo Cowell. Algunos "han acumulado una deuda tan alta para pagar todos sus gastos que les llevará mucho tiempo salir", dijo.
Según una encuesta sobre la deuda del consumidor realizada este mes por WalletHub, 145 millones de estadounidenses dijeron que no podían sobrevivir otro año como el 2020, y los problemas de dinero son ahora el principal factor de estrés, superando las preocupaciones sobre el virus. La encuesta también encontró que 71 millones de personas en Estados Unidos anticipan no poder pagar la deuda de su tarjeta de crédito.
OUR Center continuará trabajando con las familias para que se recuperen por mucho tiempo aun después de que termine la pandemia, dijo Cowell, añadiendo que espera que aquellos que donaron durante la pandemia sigan recordando a los miembros de la comunidad que tardarán más en recuperarse.
Viendo hacia el futuro, OUR Center planea continuar adoptando la tecnología para brindar algunos de sus servicios. Además, planea continuar brindando servicios por automóvil, permitiendo a los participantes un acceso más rápido a los alimentos y a otros artículos.
“Brindaremos servicios de más maneras que antes para reducir las barreras”, dijo Cowell.
Community Food Share planea continuar identificando las barreras que inhiben el acceso a los alimentos y buscar soluciones con la comunidad para romper esas barreras. Algunos de los programas que espera mantener son la entrega de alimentos a los clientes confinados a sus hogares y las despensas móviles.
Mucho de lo que HOPE pudo lograr durante el año pasado fue gracias a financiamientos y donaciones de la comunidad, sin embargo, el futuro de algunos programas es incierto.
“¿Estarán los fondos el año que viene? Simplemente no lo sabemos. Esos son los riesgos que asumimos, seguimos brindando servicio, ayudando a las personas sin siquiera saber si contamos con los fondos que nos mantendrán ayudando a la comunidad”, dijo Braun.
Traducción por Silvia Romero Solis.
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